Las temibles sirenas (parte 1)
Las temibles sirenas
fuente: Andrea Knoll
Las leyendas hablan de una extraña raza ancestral de hominidos marinos. En España, estos seres son conocidos como las hadas del mar o sirenas (para el especimen feminino ) y tritones( para el masculino). Lo cierto es que aunque tienen una figura esbelta y un bello canto, uno debe guardarse de ellas. Por lo general son criaturas dañinas y maliciosas. Uno de los testimonios más antiguos que conocemos sobre su malicias es el que puede leerse en la Odisea de Homero:
Ven, ¡Oh, ilustre Ulises!, alta gloria de los aqueos. Detén tu nave a fin de que escuches mi voz. Ningún hombre ha pasado de nuestra isla a bordo de su negra nave sin escuchar nuestra dulce voz, sino que se han alejado llenos de alegría y sabiendo muchas cosas. Sabemos, en efecto, todo cuanto han sufrido aqueos y troyanos ante la vasta Troya por la voluntad de los Dioses, y sabemos asimismo todo aquello que ocurre en la tierra nutridora (Homero, Odisea, «Canto XII»).
Posteriromente San Leandro en su obra De institutione virginum nos previene de tratar con estos seres :
Ante las sirenas, siempre huir. Y no por un posible sentimiento de repelencia que puedan suscitar, sino por todo lo contrario. Su atractivo es tan grande que es difícil sustraerse a su influjo. Por ello, nada más avistarlas, y antes de que sea demasiado tarde, hay que rechazarlas y escapar[1].
Aquí y allá encontramos leyendas en que se muestran las prácticas antropófagas de estos seres y su apettito sexual desemedido:
En la primera zambullida que hizo sacó una cabeza de hombre, en la segunda que repitió el joven se perdió.
―Échame, niña, la cuerda para agarrarla y salir afuera, que aquí están las serpientes entrecruzadas con las víboras enredadas.
―¡De ahí a donde entraste, joven, no volverás a salir!
(Mercedes Aguirre Castro y Pilar González Serrano: Espíritus malignos, dragones y lamias, 1997)
En España, según se decía, existía una extraña raza de hombres pez, los xacios. Eran bellos y atraían las miradas de hombres y mujeres por igual. No obstante, cuando hacían presa de los humanos se deleitaban con su carne:
fuente:ruajuju.wordpress.com
Existe no río Miño, unha raza de seres chamados xacios, que teñen a súa gorida nos profundos pozos de río. Estes seres acuáticos presentan a forma humana; así é que o mesmo viven no interior do referido castro que nas augas do Miño. E, pescando ás beiras de devandito río, un veciño do lugar de Marce viu unha xacia, bela e fermosísima, a cal manifestou ao pescador que, se a bautizaba quedaría desencantada e casaría con el. Bautizouna o pescador e realizouse o matrimonio. Os fillos que naceron deste matrimonio eran moi afeccionados a bañarse no Miño, regatos e cantos tanques de auga existen no citado lugar e, téndolles reprendido o pai en certa ocasión pola súa excesiva tendencia ao baño, díxolles: Marchade de aquí fillos dunha xacia! E, emprendendo nova liorta co seu consorte, en casa, aborrecida a xacia do seu marido, abandonou a este e volveu ao encanto; pero os seus connaturais descuartizárona nas profundidades do río, pois indo o seu marido en busca da súa compañeira, aos poucos instantes, observou que, nas abas do Castro de Castro de Marce, flotaban sobre as augas as entrañas da que fora a súa muller. Así foi morta polos demais xacios, por facerse cristiá, bautizándose.
¿TE GUSTARON ESTAS LEYENDAS? DESCUBRE MÁS EN NUESTRO LIBRO:
Bibliografía
[1] Lorenzo Arribas, Josemi: «El canto que encanta. Las sirenas en la tradición hispana antigua y medieval», Mirabilia 7 (2007): 39–58, <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2571696.pdf>. (3)
2-https://gl.wikipedia.org/wiki/Xacio