EL MITO DEL GIGANTE EN ESPAÑA(Parte 1)
EL MITO DEL GIGANTE EN ESPAÑA
Imagen de Rodolfo Gorrin
Nuestras lindes son ricas en historias y leyendas sobre los gigantes. Las tradiciones son numerosas y muy heterogéneas; se pueden diferenciar distintos tipos de gigantes.
Los mitos de gigantes en nuestro país gozan de una larga tradición. Ya las fuentes romanas atestiguan la creencia de un poderoso gigante en la zona de Gibraltar[1]. Este, con su fuerza, propiciaba el naufragio de las embarcaciones, lo que provocaba la muerte de los pobres incautos que caían en sus redes.
Posteriormente, queda atestiguada la creencia en los gigantes en nuestro país a través de una multitud de mitos que he podido recopilar. He procedido a dividirlos en dos grupos bien diferenciados. Un primer grupo guarda especial similitud con el mito griego del cíclope Polifemo. A esta clase de seres los he denominado «ciclópeos». Suelen presentar descripciones monstruosas: un solo ojo, varios brazos, pies redondos…
El segundo grupo englobaría una raza anterior de «súper‑humanos» con capacidades majestuosas, ya sea el uso de la magia, una tecnología superior, velocidad y fuerza descomunales, etc. A este último grupo lo he bautizado con el nombre de «Los antiguos constructores» para diferenciarlos del primer grupo.
1-Los antiguos constructores, Los Mouros
En Galicia se cuentan historias de unos antiguos pobladores anteriores a los humanos llamados «mouros»[2]. No guardan relación alguna con ninguna tribu norteafricana[3], sino con una antigua raza de gigantes constructores anteriores al ser humano. Sus costumbres son distintas a las de los humanos, como lo son las de los animales de especies distintas. No son cristianos, sino que participan de un sistema de creencias asociadas al paganismo. Según se cuenta, guardan reposo durante el día y permanecen despiertos durante la noche[4].
Esta antigua raza dista mucho de las historias sobre gigantes del mundo helénico. Los mouros son una civilización en decadencia por su número, pero las pistas indican que, de haber existido alguna vez, fueron un pueblo avanzado e inmensamente rico. «Son dueños de los tesoros de Galicia, de fabulosas joyas y piedras preciosas, siendo de oro hasta los yugos de sus bueyes, las guarniciones de sus monturas y sus aperos de labranza»[5].
Imagen de: https://salik.biz/articles/69617-svidetelstva-o-russkom-velikane-i-neizvestnyi-geografii-ostrov-gde-zhivut-ispoliny.html
El mundo de los mouros es predominantemente subterráneo, aunque sus apariciones se hagan en la superficie. El mundo habitado por ellos es paralelo al de los humanos, y los puntos de encuentro son lugares muy marcados desde el punto de vista espacial: lugares con restos de construcciones, sitios «no naturales»[6].
Cualquier actividad que realizan es próspera, pues casi la práctica totalidad de sus herramientas, así como de sus productos, son de oro. Son capaces de encontrar los tesoros ocultos en la madre tierra y suelen custodiarlos en sus antiguas construcciones, los dólmenes y megalitos[7].
Su lista de capacidades o «poderes» resulta amplísima. En primer lugar, dominan por completo uno de los cuatro elementos. Pueden modelar a su voluntad el elemento tierra sin ninguna dificultad. No es extraño verlos cargando toneladas de piedra como si se tratara de un mero fardo de trigo de unos pocos gramos. El conocimiento de su elemento, la tierra, llega hasta tal punto que pueden hacer y desaparecer a su antojo entradas y salientes en la tierra en tan solo un instante. Le basta una sola palabra a modo de sortilegio para desarrollar esa magia ancestral[8].
También pueden volverse invisibles si lo desean para huir de la presencia de los humanos, de los que han aprendido a desconfiar. Su poder es tal que pueden cambiar a voluntad su forma física por la etérea en cualquier momento sin ninguna dificultad. Esta es la razón por la que el contacto con esta antigua raza (si existió alguna vez) resulta harto complicado.
Lo que has leído es un pequeño extracto de nuestro libro “Guía de los seres mitológicos españoles”. La segunda edición está en preventa aquí:https://es.ulule.com/2-edicion-guia-de-los-seres-mitologicos-espa-oles/
2-Gerión, ¿mito autóctono o propaganda griega?( Texto escrito por Elisa Rivero Bañuelos)
Como hemos visto, en España no estamos faltos de gigantes. Pero hay uno que se pierde en los anales del tiempo, en la obtusa protohistoria en la que los mitos y la realidad se confunden.
Gerión y Ortro. Ánfora de figuras negras datada en ca. 540 a. C., Biblioteca Nacional de Francia.
Hablamos de Gerión, el mítico rey tricéfalo. Es poco lo que sabemos sobre la historia de la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos. Obviando por un momento lo que nos cuenta la arqueología, apenas hemos heredado un puñado de nombres y mitos de manos de los griegos.
Gerión, Habis y Argantonio son los tres antropónimos que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en la civilización más antigua de nuestro territorio: Tartessos.
El concepto de Tartessos es a día de hoy aún confuso. Para no entrar en debates, diremos que Tartessos fue un pueblo que se desarrolló en el suroeste de la Península Ibérica entre los siglos VIII y IV a.C., asentado en la cuenca del Guadalquivir y extendido más tarde hacia el Guadiana. Su economía se basaba en la ganadería y la explotación minera de la serranía, cuyo excedente exportaban a través de la Fachada Atlántica primero y por el Mediterráneo después. Su desarrollo cultural y económico tan sobresaliente solo se pueden entender bajo el influjo de los pueblos con los que comerciaban y que fundaron sus emporios en las costas tartesias: principalmente los fenicios, aunque también los griegos.
Gerión, Habis y Argantonio representan efectivamente la evolución y consolidación de lo que los griegos entendían por civilización. Es por ello que debemos tomar estos mitos con cautela, interpretados siempre desde la óptica griega, pero sin negarles un poso de autenticidad indígena.
Según esta interpretación, Gerión simbolizaría la ganadería, Habis la agricultura y la urbanización, y Argantonio la minería y el comercio.
Una vez puestos en situación, nos centraremos en el gigante. La leyenda la recoge por primera vez Estesícoro (s. VI a.C.) en su poema Gerioneida. Dice que Gerión era hijo de Calírroe y Crísaor, nieto de medusa. Tenía tres cuerpos gigantescos con sus tres cabezas, seis brazos, seis piernas y alas. Gerión habitaba con sus bueyes en la isla Eritea, en las gadeiras. Su pastor Euritión y su
perro de dos cabezas Orto cuidaban la vacada. Arribó Heracles a las Gadeiras con su décimo trabajo. Para robar los bueyes, dio muerte a pastor y perro. Alguien alertó al dueño, que se dispuso a enfrentar a Heracles a pesar de los ruegos de su madre, Calírroe. Gerión argumentó que es mejor combatir con gloria que vivir con deshonor. Heracles se escondió y le atacó por sorpresa. Derribó el casco de una de las cabezas y la atravesó con una flecha. Finalmente, le dio muerte y se llevó los bueyes al continente. Escritos posteriores dicen que lo mató con una flecha emponzoñada con veneno de la hidra, o que de su sangre nació el drago de la facultad de Bellas Artes de Cádiz. Pausanias nos cuenta que Gerión tenía una hija, Eritea, que engendró con Hermes al héroe Nórax, fundador de Nora (Cerdeña).
La ascendencia de Gerión lo carga ya con el yugo del monstruo, de lo horrible, haciendo la hazaña de Heracles aún más heroica. No es por tanto invento de Roma el exagerar las filas enemigas al hacer recuento.
Como en otros tantos pasajes de la mitología griega, el occidente se nos presenta como un mundo peligroso cargado de riquezas: pingües bueyes, oro y riquezas sin parangón, manzanas doradas… siempre custodiadas por criaturas terroríficas. Algunos autores razonan que fueron los fenicios, primeros en explotar estas costas, quienes difundieron la leyenda negra para disuadir a la competencia. Los trabajos de Heracles serían por tanto publicidad para empujar a sus comerciantes y oikistés al mar, hacia un occidente ya limpio de monstruos.
Cuánto queda de la realidad y cuánto ha sido tergiversado en el mito, no podemos saberlo.
Bibliografía
[1] “Díaz Rodríguez, Enrique: «Mitos, cultos y leyendas (I). Aproximación a las creencias religiosas en la zona del Estrecho y otras aproximaciones», Aljaranda: Revista de Estudios Tarifeños 19 (1995): 9‑14, <https://dialnet.unirioja.es/buscar/documentos?querysDismax.DOCUMENTAL_TODO=Mitos%2C+cu ltos+y+leyendas+%28I%29.+Aproximación+a+las+creencias+religiosas+en+la+zona+del+estrecho+y+ot ras+aproximaciones>.
[2] «Os mouros galegos son considerados, na sociedade rural, os antigos poboadores do noso territorio, pero non os devanceiros. Nós somos oscristiáns, eles son os xentís. Nós somos a xente, eles son os mouros. Eles, a diferenza de nós, saen de noite e dormen de día, viven debaixo da terra, debaixo da auga, dentro de rochas, en covas e en casas e pazos baixo osouteiros, mentres nós vivimos na superficie. É un xeito de construí-la nosa identidade por alterida de, por oposición» VV. AA., Os mouros e as mouras: máxicos enigmáticos da mitoloxía popular, pág. 16.
[3] Este error es muy común. A pesar de los intentos de los folcloristas, aún se puede encontrar tamaña equivocación en trabajos especializados.
[4] «Os mouros galegos son considerados, na sociedade rural, os antigos poboadores do noso territorio, pero non os devanceiros. Nós somos oscristiáns, eles son os xentís. Nós somos a xente, eles son os mouros. Eles, a diferenza de nós, saen de noite e dormen de día, viven debaixo da terra, debaixo da auga, dentro de rochas, en covas e en casas e pazos baixo osouteiros, mentres nós vivimos na superficie. É un xeito de construí-la nosa identidade por alteridade, por oposición. O pobo tende a distancialos, poisAsentos dos Mouros (Castroverde) Burato dos Mouros (Pico Sacro) Casa dos Mouros (Candeán, Vigo) aínda que os dota de estruturas sociais, necesidades, crenzas relixiosas e preocupacións propias da humanidade actual, faino dende un punto de vista épico». VV. AA., Os mouros e as mouras: máxicos enigmáticos da mitoloxía popular, op. cit. pág 17.
[5] Pena Graña, Andrés: «Túmulos, mouros, enanos, gigantes, salvaje caza. La etnografía gallega vista como registro arqueológico no intervencionista», De Culturas, lenguas y tradiciones. II Simposio de Estudios Humanísticos, 2006, 229–46, <https://ruc.udc.es/dspace/handle/2183/12776>.
[6] Álvarez Vidaurre, Ester: «Leyendas, mitos y creencias populares: otras vías de aproximación al fenómeno megalítico», Cuardernos de Arqueología de la Universidad de Navarra 11 (2003): 91–108, <https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/94115>, pág. 91-108.
[7] «Es creencia generalizada la de que los dólmenes, menhires y otras construcciones megalíticas esconden tesoros enterrados. Muchas veces se considera que son las riquezas de aquellos que los construyeron y habitaron (gigantes, gentiles, mouros, hadas, enanos…). Estos tesoros están en su mayor parte encantados, de manera que resulta imposible hacerse con ellos. Suelen estar guardados y protegidos por un hechizo, maldición, animales (gatos, liebres) o seres sobrenaturales (espectros, fantasmas). Las riquezas enterradas bajo estos monumentos adoptan diferentes formas según zonas». Álvarez Vidaurre, Ester: «Leyendas, mitos y creencias populares: otras vías de aproximación al fenómeno megalítico», op. cit. pág. 99.
[8] «No folclore galego é frecuente a referencia a mouros que entran ou semeten, ou abren a terra: “para min que iles aínda viven aquí subterráneamente solo qui lesteñen palabras que abren a terra e péchana». VV. AA.: «Os mouros: notas sobre a permanencia do mito no folclore», op. cit. pág. 43.
Remesal Rodríguez, José. 1979. Gerion, Habis, et, Arganthonios. Le peupleme protohistorique d’Andalousie.
Rodríguez Somolinos, Helena. 1989. “La” Gerioneida” de Estesícoro y la” Biblioteca” de Apolodoro”. Actas del VII Congreso Español de estudios clásicos. https://www.academia.edu/2012456/La_Gerioneida_de_Estes%C3%ADcoro_y_la_Biblioteca_de_Apolodoro