LYCAÓN . EL PRIMER HOMBRE LOBO GRIEGO

LYCAÓN . EL PRIMER HOMBRE LOBO GRIEGO

LYCAÓN . EL PRIMER HOMBRE LOBO GRIEGO

 

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redactado por boadicea_battlecrow

Hijo de una ninfa y un mortal autóctono de Arcadia, Licaón (Λυκάων en griego) llegó a ser
un sabio y respetado rey de esta región. Fue muy querido por el pueblo, pues gracias a su
afán religioso llevó a las gentes a abandonar la vida más salvaje y campestre que llevaban
hasta entonces. Se le atribuye también una mente culta y un fanatismo religioso tan grande
que incluso le llevó a realizar sacrificios a Zeus en el altar que instauró en Licosura, ciudad
que había fundado. Este altar estaba dedicado al Zeus Liceo.
Sin embargo Licaón no solo destacaba por sus virtudes y sus buenas acciones, pues
paradójicamente fue un rey de lo más macabro, llegando a sacrificar extranjeros que
llegaban a sus tierras en el altar de Zeus. Esto, unido a su fanatismo religioso, le granjeó
muy mala fama y llegó a oídos del dios, quien viendo lo que estaba haciendo se indignó.
No hay que olvidar que para los griegos la hospitalidad era uno de los pilares
fundamentales de la sociedad, que demostraba respeto y acogida a los de otros pueblos,
algo así como la sagrada hospitium de los pueblos íberos, que no debían romper bajo
ningún concepto. Todo ciudadano que se acogía a esta hospitalidad debía ser atendido y
bien recibido, no se podía matar o tratar mal a un extranjero al que previamente se le había
prometido hospitium.
Podríamos decir que era similar al hecho de ‘acogerse a sagrado’ en la Edad Media.
Dicha condición de “hospiciano” dotaba a estos extranjeros de protección por parte del
anfitrión. No fue así con Licaón… Lejos de aquella hospitalidad, Licaón ofrecía una
muerte en sacrificio a los forasteros y peregrinos que allí paraban.
Conocedor Zeus de estas atrocidades quiso hacerse pasar por un transeúnte y pedir allí
cobijo, para comprobar si esto que hacía el rey era cierto. Pero alertado Licaón por señales
divinas y las habladurías de sus súbditos, rechazó su idea inicial de sacrificar a aquel
extraño. En su lugar, se dice que mandó cocinar la carne de un esclavo o de una de sus
anteriores víctimas, de tal modo que ofrecería un buen trato al dios brindándole hospicio y
comida. Lo que en realidad quería el rey con esta treta era saber si ciertamente aquel era
Zeus u otro dios que se había presentado en su palacio, pues el canibalismo era
considerado un gran pecado y un dios no podía cometerlo.
Como era de esperar, Zeus no soportó tal ofensa y condenó a Licaón a sufrir por sus
crímenes y crueldades. Transformó al rey en un lobo e incendió su palacio, condenándole
eternamente a a aullar y delirar sin consuelo. Así relata Ovidio su metamorfosis: "El terror
golpeó y huyó, y en las llanuras silenciosas está aullando en sus vanos intentos de hablar;
él delira y enfurece, y sus codiciosas mandíbulas, deseando su acostumbrada matanza, se
vuelven contra las ovejas, todavía ansiosas por su sangre. Su vestimenta se separa en el
pelo peludo, sus brazos se convierten en piernas; y como lobo tiene los mismos mechones
grises, la misma cara dura, los mismos ojos brillantes, la misma mirada feroz”.
Otras versiones del mito se habla de Licaón y su gran cantidad de hijos (nombran hasta
50), estos serían impíos e irrespetuosos, demasiado orgullosos y habrían cometido
fechorías y sacrificios. Según el autor griego Pseudo-Apolodoro, Zeus bajó enfadado a
poner fin a esto y fueron los hijos quienes, matando a su propio hermano lo ofrecieron
como comida (hay versiones que dicen que mataron a un criado).

En otras versiones se dice que, mientras Zeus mató con sus rayos a padre e hijos, la
piadosa Gea (madre Tierra), frenó la mano del dios y consiguió salvar al hijo menor,
Nyctimus y fue este quien sucedió a su padre en el trono. Durante su reinado ocurrió el
diluvio universal (la versión griega del mito), siendo provocado por todas las acciones de
Licaón y sus hijos, como un castigo ejemplar.

Se habla también de más de un personaje mítico llamado Licaón. De uno de ellos, también
convertido en lobo, se dice que volvía a tomar su forma humana si durante varios años no
había comido carne de otros humanos.
Se inicia así la leyenda de los hombres-lobo o licántropos.
Hay que tener en cuenta que ya la raíz de su nombre ‘lika’ ya viene de la palabra griega
λύκος (‘lykos’) que se traduce como ‘lobo’.

Este mito de los hombres lobo es originario de Europa y se relaciona en gran medida con la
magia negra y las transformaciones al ingerir ciertas sustancias, dormir cubierto con piel de
lobo o tener comportamientos salvajes como dormir desnudo a la luz de la luna. En
ocasiones también se creía que ser el séptimo hijo no bautizado de una familia
desencadenaba esta transformación. Pero en la mayoría de creencias y relatos la
metamorfosis se debe a la ruptura de alguna norma social o del mundo civilizado,
convirtiendo a la persona en más bestia que hombre.
Esto fue lo que, según el mito, le ocurrió a Licaón, pues perdió su civismo al romper el
sagrado hospicio.

Hoy en día los licántropos van muy relacionados con el mundo y la imaginería vampírica,
siendo enemigos en muchas películas y vistos como seres enfrentados.

 

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