El mito del dragón(parte 1)
El mito del dragón
Seguro que habéis escuchado alguna leyenda sobre los míticos dragones. ¿Y si os dijera que en España, además de dragones, se han contado historias sobre serpientes legendarias?
Muchas de estas leyendas han llegado a nuestros días como viejas consejas, fábulas y viejos cancioneros, pero tras su aparente carácter juvenil, estas historias tienen multitud de contenido simbólico.
¡Adéntrate a su mundo!
En la biblioteca mágica hemos recogido algunas leyendas de nuestro libro(el cual puede adquirirse en este portal) que compartimos con todos vosotros. ¡Que las disfrutéis! :
EL HERENSUGE
Hoy quedan muy pocos para recordarlo. Pero según cuentan en las tierras del norte una gran bestia alada surcaba los cielos.
Su tamaño era colosal y su rugido atravesaba montañas y valles. Se decía que se criaba en grandes selvas y, cada año, le crecía una nueva cabeza hasta llegar a la séptima. Solo aquellos de gran valor se enfrentaron a él.
Quizás el herensuge hace tiempo que dejó estas tierras o solo esté al acecho de algún incauto viajero…
EL CUÉLEBRE
La aldea de Suto no era muy grande, pero era un buen lugar donde vivir, pero un día sus habitantes oyeron los terroríficos silbos de un cuélebre y las pobres gentes echaron a correr para refugiarse en sus casas, no todos lo consiguieron, el que menos corrió fue devorado.
Alarmados y sabiendo que una vez que un cuélebre se instalaba cerca de una aldea ya no la abandonaba, decidieron reunirse con los ancianos para que en asamblea se tomara una determinación y acabar con el problema. Reunido el pueblo en el ayuntamiento, empezaron las deliberaciones. Al principio todos hablaban al mismo tiempo, pues el miedo los tenía alborotados, pero el más anciano de la aldea puso orden y preguntó a los concurrentes si alguien sabía cuál era la mejor manera de matar al cuélebre.
Delmiro dijo que él había oído contar que solo tenía un punto débil, la garganta, y que la noche de San Juan era el mejor momento para atacarlo, pues esa noche los cuélebres se quedaban un poco adormilados. Aquello parecía una buena solución, pero la noche de San Juan estaba lejos y ¿qué harían hasta entonces?
Nuevamente se montó un alboroto hasta que Cundo, que normalmente no hablaba mucho, propuso que lo mejor era disparar una flecha dirigida a la garganta del cuélebre y el problema estaría terminado. No parecía descabellada la idea, pero ¿quién sabía disparar una flecha?, los habitantes de la aldea lo único que sabían disparar eran piedras para espantar a los pájaros que atacaban los sembrados, por lo que ¿quién tiraría las flechas entonces? Después de acaloradas discusiones, el más anciano propuso lo siguiente: todos los días se fabricaría una boroña enorme que se le entregaría al cuélebre para que al estar bien alimentado no se comiera a nadie más y entre tanto todos los hombres del pueblo, jóvenes o viejos, debería de proveerse de un arco y flechas y practicar todos los días y el que demostrara más habilidad, sería el elegido para matar al monstruo. La idea fue acogida con entusiasmo y todos se marcharon ilusionados para comenzar estas nuevas tareas.
La fabricación de la boroña no supuso ningún problema que no fuera su gran tamaño y todos los días cuatro aldeanos salían al camino que conducía al bosque y gritando a pleno pulmón decían:
«Abre la boca, culebrón que ahí te va el boroñón»
Pero lo del arco y las flechas ya era otro cantar, con tantos ensayos no quedó pita, gocho, perro o algún que otro aldeano que no probara la medicina que se le intentaba dar al cuélebre, hasta tal punto que los aldeanos ya casi preferían tener de vecino a este que a los improvisados arqueros. Visto que el tema arco y flecha no sería la solución, sino más bien otro problema añadido, el más anciano volvió a convocar a los vecinos para cambiar la estrategia y fue entonces cuando Céfero, el herrero, propuso que se buscara una piedra grande que tuviera la forma de la boroña y que calentándola al fuego le fuese entregada al cuélebre en lugar del pan[1].
[1] Recuperado el día 01/06/19 a las 13:07 h de: <https://patriciajimenezbenito.files.wordpress.com/2016/…/leyenda-el-cuc3a9lebre.doc>.